Aunque no me gusta ser restrictiva, tengo que admitir que no como res ni cerdo porque no me gustan. De niña me quedaba horas en la mesa. Mucho después de que todos se pararan, yo aún estaba sentada con un plato lleno de carne que no quería ni podía masticar. Mi boca se resistía a cada bocado y luego de que ya había masticado todo el sabor, solo me quedaba un bolo de proteína insípido y asqueroso. Su destino era debajo de mi plato – envuelto en servilleta y aplastado sobre el individual. Luego muy escurridiza llegaba a la cocina o al baño y la montaña de servilletas terminaba en el basurero (escondida bajo una capa de basura ya existente) o en el escusado. Gracias al universo que nadie me obligó a comer res y cerdo después de los 20 porque cuando las dejé, fui muy felíz.
Debo confesar que la ropa vieja sí me gustaba – posiblemente porque cuando había ropa vieja en mi casa habían patacones y fríjoles negros que hacía mi nana colombiana. También me encanta el prosciutto pero supongo que no lo como por ser consistente.
Fui vegana un par de años, vegetariana varios más y actualmente no creo que vuelva a serlo PERO tampoco creo que vuelva a comer res y puerco. Hace 1 año que volví a comer pollo después de más de aprox 15 años y antes de eso ya comía quesos, mariscos, pez.
Aunque no coma res y cerdo porque no me gustan, debo confesar que en los últimos años sí me ha caído la peña del medio ambiente en cuanto a la carne de res y sí me he sentido genuinamente triste por la vida de los cerditos.
La ganadería utiliza el 30% de la tierra del planeta (sin contar las áreas congeladas) y para producir 1 lb de carne de res se necesitan 2,400 galones de agua. Encima, el gas metano de sus eruptos es pésimo y sumado al transporte y manejo de los animales y sus productos, estamos hablando de una gran cantidad de dióxido de carbono emitida solo para que llegue un pedazo de carne a tu plato.
Posiblemente lo peor es que la mayoría del ganado consume soja los últimos meses de su vida y la soja es un monocultivo que requiere pesticidas y fertilizantes dejando la tierra infértil …... el planeta tierra no necesita un consumidor más de carne de res pero OJO: tampoco necesita que tu substituyas soja por carne.
Además, en Panamá es muy difícil conseguir carne de res de pasto orgánico, sin antibióticos. ¿Sabías que entre el 40% y 60% de los antibióticos producidos mundialmente se utilizan en ganadería, cerditos y pollo? ¿Sabías que consumes más antibióticos a través de res y puerco de lo que consumes por temas médicos?
La mayoría de la carne de res panameña es “grass fed” pero es grama fortificada?? Por cierto: en EEUU es requerido que el pollo se clorifique porque las condiciones en las que viven los pollos aumentan las probabilidades de bacterias y enfermedades - asique si comes pollo gringo, estás comiendo mucho cloro… por eso, la Union Europea no importa pollo gringo.. mejor consume local!
Ahora el cerdo: los cerditos son increíblemente inteligentes además de sociales. Cuando las cerditas dan a luz, tienen una conección real con sus bebés y se deprimen y lloran cuando les quitan sus cerditos. Esto lo aprendí (y escuché el llanto) en un podcast que me dejó con lágrimas en los ojos. Como mamà, me siento MUY identificada con ese sufrimiento y cada vez que veo carne de cerdo, pienso en el llanto. Fue muy traumático ese podcast.
No me considero una persona extremista y tampoco soy vocera del veganismo ni del vegetarianismo ni del carnivorismo… simplemente elijo consumir lo que me gusta comer y estoy muy consciente del impacto que tienen nuestras decisiones alimentarias en el planeta. Es importante recordar que el balance y escuchar a nuestro cuerpo hace una diferencia en tus elecciones. No necesitas consumir carne de res, ni pollo, ni cerdo, ni pez ni mariscos todos los días. En la diversidad de la dieta está la clave para sentirnos bien y ser parte – no destructor – del medio ambiente.
Abril es el mes de la tierra y quiero invitarte a que observes tu consumo de proteína animal, evalúes cuánto en realidad necesitas y trates de meter varias comidas y hasta 1 día vegetariano a tu menú semanal. Es mucho más fácil de lo que crees. Agregando más granos como frijoles, lentejas, garbanzos, farro, quinoa y barley, rostizando vegetales, utilizando grasas como leche de coco, aguacate, nueces y semillas: te prometo que no solamente te vas a sentir llena y satisfecha pero además vas a descubrir una nueva forma de ver los alimentos y de crear platos.
Casi todas mis recetas te pueden ayudar a lograrlo. Por eso, todas las recetas vegetarianas y veganas que compartiré este mes, están hechas para quedar satisfechos de paladar, estómago y espíritu.
Estoy súper curiosa: cuántas de las personas que me sigan comen res, puerco, pollo etc?? ¿cuántas han pensado en consumir menos?
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